viernes, 8 de junio de 2012

I Foro Empresa Asepeyo Alicante sobre Gestión del Absentismo laboral.


El pasado 11 de Mayo tuvo lugar el I Foro Empresa Asepeyo en Alicante. Como inicio del Foro se trató un tema candente en la actualidad como es el impacto que el absentismo tiene en las organizaciones empresariales y su repercusión sobre la productividad del sector empresarial en nuestro país. La ponencia fue desarrollada por uno de nuestros médicos colaboradores, el Dr. José Antonio Rodríguez Rico, especialista en medicina del trabajo realizando una exposición desde una perspectiva multidisciplinar en la gestión del absentismo.
Desde el inicio de la crisis económica, el absentismo ha disminuido, luego nos podríamos plantear que hasta el momento el problema es más por una situación de abuso que derivado de un problema de salud. En el momento actual con la misma patología las personas pueden acudir  a su trabajo igual que antes de la crisis.
En 2009 el Instituto de Empresa Familiar (28 PIB español) publicó un estudio en el que reflejada cual era el nivel de absentismo en las empresas, situándose el mismo entre el 4-6% en el 50% de las empresas encuestadas, siendo éste la principal barrera para mejorar la productividad.
Si eso realmente es así se deberían establecer estrategias encaminadas a combatir el absentismo injustificado. Considero que hay una excesiva pérdida de jornadas laborales involuntarias, por parte de los trabajadores, debido a como están estructurados los sistemas de salud, y por otro lado hay una gran cantidad de jornadas perdidas de forma voluntaria y que la mayoría de las veces están en relación directa con el clima laboral, la falta de motivación, implicación, etc.
Todos tenemos claro que el absentismo es un fenómeno sociológico vinculado a la actitud del individuo y de la sociedad ante el trabajo. Todo lo que genere actitudes adecuadas (integración, satisfacción, motivación, etc) redundará en un menor absentismo y todo lo contrario (falta de promoción, tareas monótonas y repetitivas, etc) generará en un mayor absentismo. Por ello el tratamiento del absentismo no puede basarse únicamente en medidas coercitivas, sino que tiene que abordarse desde su raíz.
El miedo a perder el puesto de trabajo condiciona menos bajas laborales, reincorporaciones precoces, en malas condiciones, lo que sin duda redundará en la capacidad productiva de la persona y secundariamente de la empresa. Para el 87% de las empresas el absentismo laboral es un problema para su organización, y se centra sobretodo en la enfermedad común, la cual supone más del 80% del mismo.
Existen unos factores determinantes de la incapacidad temporal. Por un lado están los factores variables (mercado laboral, sistema sanitario, seguridad social) y que son los que determinan la prevalencia e incidencia de los procesos de incapacidad temporal. Por otro lado se encuentran los factores idiosincráticos (condiciones y de trabajo y condiciones personales) que influyen en la duración de los procesos de incapacidad temporal.
El Dr. Rodríguez puso de manifiesto que la gestión de la incapacidad temporal en la actualidad es un verdadero rompecabezas debido a los actores que intervienen en un proceso de enfermedad. En este sentido, cuando una persona se encuentra en situación de incapacidad temporal interactúan con la misma el médico de atención primaria, el médico de atención especializada, el médico de control de IT de la mutua de accidentes de trabajo, el médico especialista-consultor de la mutua de accidentes de trabajo, el inspector médico del servicio público de salud y el inspector médico del INSS. Todos ellos actúan a veces sin interrelación entre ellos generando duplicidades asistenciales (más gasto sanitario), intereses competenciales, protagonismos innecesarios, y luchas de poder. En este mismo sentido se pronunció días más tarde la Ministra de Trabajo, Dña. Fátima Bañez.
En estos momentos se está a la espera de una nueva Ley de Mutuas que pretende regular la gestión de la incapacidad temporal con un doble objetivo, por un lado reducir los costes que para el sistema tiene la pérdida de jornadas laborales por ineficacia del sistema y por otro lado atajar el absentismo fraudulento introduciendo nuevas herramientas para la gestión.
También se plantearon, a modo de decálogo algunas propuestas para reducir el absentismo, relacionadas con disponer de información y estadísticas y generar procesos y cultura preventiva en las organizaciones, ya que son muchas las compañías que tienen una baja concienciación sobre este problema de la dirección y jefes intermedios.