miércoles, 4 de abril de 2012

La apnea de sueño no tratada triplica el riesgo de accidente de tráfico

Los pacientes con apnea de sueño no tratados multiplican por tres el riesgo de sufrir un de accidente de tráfico. La apnea del sueño suele ser un problema crónico de salud que altera la calidad del sueño. Se caracteriza característicamente por que la persona hace una o más pausas en la respiración, o bien tiene respiraciones superficiales durante el sueño. Estas pausas pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos. A menudo ocurren entre 5 y 30 veces o más por hora. Por lo general, la respiración vuelve a la normalidad, a veces con un ronquido fuerte o con un sonido parecido al que una persona hace cuando se atragantase. La persona pasa de un sueño profundo a un sueño liviano cuando hay una pausa en la respiración o cuando la respiración se vuelve superficial. Por este motivo, el sueño es de mala calidad y se siente cansancio durante el día. La apnea del sueño es una de las principales razones por las cuales una persona puede sentir mucho sueño durante el día.

Estadísticamente la somnolencia diurna excesiva llega a afectar a cerca del 5 por ciento de la población. Además provoca una disminución de la vigilia, y tendencia al adormecimiento. Necesariamente esto que implica incapacidad de mantener la vigilancia, además de una adecuada agudeza de los sentidos. El pasado 16 de marzo de 2012 se celebró el Día Mundial del Sueño, que resalta la importancia de estas alteraciones en la salud y el bienestar. Los trastornos del sueño son uno de los principales factores de riesgo de accidentes unidos a otras circunstancias como la edad, o el trabajo a turnos o nocturno. En concreto la apnea de sueño y la narcolepsia son los trastornos que mayor tasa de accidentes por somnolencia provocan. Según datos europeos un 35% de conductores sufren somnolencia cuando conduce de forma habitual, y un 30% de los accidentes de tráfico son debidos a esta causa. Además existe una proporcionalidad entre el número de horas dormidas y los accidentes. Así a menos horas de sueño, más accidentes, considerando los expertos en la materia que por debajo de seis horas existiría un déficit de sueño crónico.

Estrategias de diagnóstico y control de estas enfermedades no solo mejoraría el bienestar de estos pacientes, sino que además se evitarían enormes pérdidas personales, sociales y materiales, con grandes ahorros previstos.

lunes, 2 de abril de 2012

Se propone una mayor integración entre los sistemas preventivos y curativos en el entorno de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionale

Es conocido que los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales afectan a la productividad de las empresas, además de reducir los recursos de la asistencia sanitaria disponibles. En contraste a esta idea universalmente aceptada cada pocos minutos muere algún trabajador en la Unión Europea en relación a agentes o condiciones del trabajo. Además cada año miles de trabajadores sufren lesiones en el trabajo, la mayoría relacionadas con trastornos musculo-esqueléticos.

La legislación española y europea otorga a la evaluación de riesgos laborales un protagonismo clave en la reducción de estas cifras, además de una obligación. Transcurrido el proceso curativo de cualquier trabajador se hace necesaria la reinserción y readaptación de los trabajadores a su puesto de trabajo. La pregunta es si estos pacientes no deberían volver a trabajar expuestos a los mismos riesgos. Lo frecuente es que se incorporen al mismo puesto de trabajo, dato este obvio, pero en iguales condiciones laborales del puesto de trabajo a las que originó el accidente o enfermedad que causaron las lesiones.

El reto social actual es poder generar una protección suficiente a los trabajadores que eviten estas situaciones reincidentes. Otra pregunta sería si el sistema actual es capaz de generar esta protección suficiente en los puestos de trabajo, sistema que se encuentra completamente dividido entre aquellos que ejercer las labores preventivas (servicios de prevención), y aquellas otras que han ejercido las labores curativas (mutuas de accidentes de trabajo y otros sistemas de salud). La responsabilidad preventiva, como hemos dicho, el sistema la hace recaer sobre los empresarios, y de como aquellos son capaces de hacer una buena gestión integrada de dicha prevención en la empresa. Por otro lado los sistemas curativos se encuentran completamente desligados de dicha prevención, y que son abordados de forma multidisciplinar por las Mutuas. Tal vez se debería proponer un paso más en este sistema que claramente carece de integración en la óptica anteriormente expuesta, y obliga a los sistemas públicos sanitarios y de las mutuas a la aceptación de tener que incorporar a determinados trabajadores a sus puestos de trabajo, aun conociendo que la realidad preventiva es la misma que originó el accidente o la enfermedad actual, e incluso en muchos casos es generadora de incapacidades.