
En esta técnica, la rapidez y seguir unos pasos básicos es esencial: liberar la vía aérea (A), facilitar la respiración (B), y controlar la circulación y sangrados (C). El método ABC, así denominado, tiene una evidencia científica incuestionable. Se sabe que de 0 a 3 años la mayoría de los accidentes ocurren en el hogar, pero a partir de esa edad son más frecuentes en la calle, y en la adolescencia ocurren en las áreas deportivas y escolares. Las lesiones más frecuentes serían los traumas osteoarticulares. En términos de gravedad, el trauma craneal lidera el grupo en la infancia, seguido de los abdominales y torácicos. En las épocas invernales, la frecuencia de quemaduras experimenta un pico en la edad pediátrica. Medidas como el uso del casco en la bici y la moto, el uso de sistemas de sujección en automóviles, cerrar ventanas, o no dejar que los niños tengan acceso a sustancias tóxicas o estén solos en el agua, son efectivas. La educación en el ámbito familiar y la promoción de la prevención en los colegios, la educación vial para adolescentes y adultos son básicos para reducir los accidentes y su impacto.
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