lunes, 21 de febrero de 2011

La tecnología biónica perfecciona las prótesis de los discapacitados y amputados

Son muchas las personas, se calcula que unos 40 millones, las que sufren algún tipo de lesión de la médula espinal a nivel dorsal, muchos otros han perdido sus brazos en accidentes o al participar en intervenciones militares. Conociendo esta problemática y su impacto social tan importante se han desarrollado una nueva generación de dispositivos que intentan que las personas recuperen movimiento. Lo novedoso es que tan solo deberán usar su cerebro y manejar sus pensamientos. Así se han presentado como novedosos un brazo biónico de nueva generación, una silla de ruedas, y dispositivos electrónicos que se instalan en la cabeza. Todos ellos presentaron los días 17 y 18 de febrero en el congreso anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en la ciudad de Washington DC., Estados Unidos. Los ensayos previos realizados a los dispositivos demuestran su eficacia y su seguridad mostrando prometedores resultados con el fin de devolver a las personas la capacidad para moverse o para tomar objetos.

Glen Lehman, un militar estadounidense que perdió su brazo al recibir el impacto de una granada en Irak en 2008 mostró el brazo biónico a la prensa, pudiendo tomar un paquete de comida o manipular una botella. Alrededor de 50 amputados vienen usando este brazo artificial diseñado por el equipo de Todd Kuiken, director del Centro de Medicina Biónica en Chicago.
La prótesis se basa en la tecnología de inervación muscular, un procedimiento que implica tomar los nervios que antes conducían al brazo perdido y redirigirlos hacia músculos que quedaron intactos.

Un científico español, Clarín José del R. Millán, desarrolla la silla de ruedas que se maneja con comandos, en la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (Suiza), sin que la persona tenga que usar sus manos. Según comentó actualmente tiene tres opciones generales de movimiento, que a su vez permiten varios comportamientos. La persona que perdió movilidad por daño en su espinal dorsal debe imaginar el movimiento que desea y eso a su vez se traduce en una orden para la silla. La persona puede controlar la silla y además hacer otras tareas a la vez como hablar, leer o escuchar según comentó el investigador.


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