Por ello hemos de entender que todas las radiaciones ionizantes (RI) son potencialmente peligrosas para el feto. Previa a cualquier exploración radiográfica a una mujer embarazada se debe realizar una estricta valoración del beneficio y el riesgo. Las lesiones producidas por la radiación dependen de la dosis y del periodo gestacional en que se produce la exposición. Se considera que el riesgo absoluto para el feto con dosis que no superen los 100 mGy es muy pequeño, e insignificante con dosis inferiores a 50 mGy, en particular las exploraciones que se efectúen en áreas diferentes del abdomen o de la pelvis (incluso estas últimas podrían exponer al feto a dosis inferiores a las consideradas de riesgo).
Por tanto debemos transmitir un mensaje tranquilizador a la embarazada a la que inadvertidamente se ha realizado una exploración radiológica, ya que no existe riesgo de daño al feto. Por lo tanto dosis fetales inferiores a 100 mGy (mSv) no deberían considerarse una razón para interrumpir el embarazo.
Fuente: Smits AK, Paladine HL, Judkins DZ, Huber T. Clinical inquiries. What are the risks to the fetus associated with diagnostic radiation exposure Turing pregnancy? J Fam Pract. 2006;55441-4.
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