sábado, 23 de abril de 2011

Con el fin de mejorar la salud de nuestros jóvenes discapacitados la actividad física está recomendada por la OMS

Para los niños y jóvenes entre 5 y 17 la actividad física está plenamente recomendada por la OMS, independientemente de su sexo, raza, origen étnico o nivel de ingresos. Esta actividad estaría fundamentada en la práctica de juegos, actividades deportivas múltiples o recreativas, la educación física o ejercicios programados, incluidos los escolares, los realizados en la familia, la escuela, u otros contextos. La actividad física se ha asociado también a efectos psicológicos beneficiosos en los jóvenes, gracias a un mejor control de la ansiedad y la depresión.

Otros beneficios también estarían al alcance de nuestros jóvenes con la practica de actividad física, dándoles la oportunidad de expresarse y fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. También se ha sugerido que los jóvenes activos pueden adoptar con más facilidad otros comportamientos saludables, como evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, y tienen mejor rendimiento escolar.


Por este mismo organismo internacional se concretan las siguientes recomendaciones, salvo que coincidan dolencias médicas específicas que aconsejen lo contrario. Todas ellas se consideran mejoran las funciones cardiorrespiratorias y musculares, la salud ósea, entre otros. Así se recomienda que inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa (incluida la opción de dedicar a distintas actividades intervalos más cortos, por ejemplo dos sesiones de 30 minutos, y sumar esos intervalos; se considera que la actividad física practicada por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud; además debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.


Siempre que sea posible, los niños y los jóvenes con discapacidad deberán seguir también esas recomendaciones. Sin embargo, previamente deberían tener un encuentro con su médico para conocer el tipo y cantidad de actividad física adecuado para ellos teniendo en cuenta su discapacidad.


Si los niños no realizan ninguna actividad física, cualquier actividad inferior a los niveles recomendados será más beneficiosa que no hacer nada en absoluto. En el caso de los niños y jóvenes inactivos, se recomienda un aumento progresivo de la actividad para alcanzar finalmente el objetivo indicado más arriba. Es conveniente empezar con una actividad ligera y aumentar gradualmente con el tiempo la duración, la frecuencia y la intensidad.

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